martes, 24 de enero de 2012

Cómo deben actuar nuestros hijos ante los riesgos que ofrece una persona extraña

Peligros que acosan a nuestros hijosAntes de dejar a tu hijo que salga solo a la calle, aunque sea simplemente para jugar frente a la puerta de casa, enséñale cómo debe actuar ante una persona extraña.
1.Un extraño será cualquiera cuya identidad no se conozca, aunque él sí parezca conocernos a nosotros. Dile a tu hijo que trate de recordar la apariencia, la ropa, o el tipo de automóvil de cualquier desconocido que se acerque a él.
2.No hablará nunca con extraños. Asegúrate de que tu niño sabe cuándo debe desobedecer a un adulto. Explícale que cuando desobedece las órdenes de un extraño, en verdad lo que está haciendo es obedeciéndote a ti (su padre o familiar).
3.No irse nunca con un extraño. Explícale ejemplos de aquellos trucos que puede llegar a emplear. Pregúntale qué haría si, por ejemplo, un extraño le ofreciese caramelos, un paseo en auto, dinero... o le dejase jugar con un gatito u otro simpático animal. Detállale que estas formas de soborno no son regalos, sino estratagemas para tratar de conducirle a hacer algo malo o a sucederle algo horrible.
4.Gritar “¡No!” o “¡No te conozco!” muy fuerte si un extraño trata de tocarle. Déjale claro que para escapar de un desconocido vale absolutamente todo: mordiscos o arañazos, patadas o chillidos. No hay límite ni tregua.
No permitas que tu niño salga sin compañía si todavía desconoce:
-Que el número da la fuerza; que debe ir siempre en grupo, o cuando menos junto a otro amigo.
-Que siempre puede dirigirse a un policía si necesita cualquier tipo de ayuda, o simplemente para informar del comportamiento sospechoso de alguien.
-Su nombre completo, dirección y número de teléfono; también será muy útil que igualmente sepa el nombre y el número de teléfono de un vecino cercano y reconocible.
-Utilizar un teléfono público para llamar a papá o a mamá a casa o al trabajo, y cómo hacerlo a cobro revertido si no tuviese dinero en ese instante.
-Que no debe jugar en lugares despoblados ni oscuros, en vertederos de basura o vías férreas, y mucho menos cerca de zonas de derribos.
-Que siempre debe decir a dónde va y atenerse al plan establecido, por lo que deberíamos comprobar que ha llegado con algún tipo de señal prefijada (una llamada perdida, por ejemplo, etc.). Y a qué hora regresará: recálquele cuando ha de retornar y haga que respete esa hora para ganarse el derecho a repetir la salida.
El grado de independencia que concedamos a nuestros hijos, y la supervisión que precisen, dependerá en parte de su madurez, y en parte de la zona en la que se resida. Los suburbios de las ciudades suelen ser más peligrosos que las zonas rurales, pero hasta el barrio más elegante puede ofrecer peligro.
Nunca dejaremos solos en nuestro hogar a niños pequeños, en el auto, jugando en la calle, o en ningún lugar público. Un niño que se quede solo no solamente corre peligro de terceras personas, sino que está expuesto a sufrir accidentes y a su propio miedo.
Aguarde siempre hasta que su hijo entre dentro del colegio, y espérelo antes de que salga. Si no le es posible, organice turnos con otros padres, de modo que siempre sepa tanto usted como él quién es la persona que se queda a su cargo.
No envíe a los niños a hacer recados solos, aunque sea muy cerca de casa.
Un niño que tenga una bicicleta y sepa manejarla, sin duda que se atreverá a salir con ella. Pero no se lo permita hasta que sea responsable en sentido general.

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